A través de Cementos Bicentenario (BSA), grupo nacional concretó el traspaso de siete unidades productoras de hormigón por US$22,2 millones. Se trata de una de las mitigaciones del acuerdo extrajudicial al que BSA llegó con la FNE para viabilizar su ingreso a Cementos Polpaico.
A siete meses de que el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC) visara el acuerdo extrajudicial al que llegó la Fiscalía Nacional Económica (FNE) con el grupo Hurtado Vicuña para viabilizar su ingreso a la propiedad de Cementos Polpaico, éste cumplió con uno de los requisitos impuestos por dicho organismo.
El lunes, la firma chilena selló un acuerdo de compraventa con la principal cementera peruana, UNACEM, para traspasar a esta siete plantas de hormigón pertenecientes a Cementos Bicentenario (BSA). Se trata de unidades productivas ubicadas en La Serena, San Felipe, Concón, Quilicura, Rancagua, San Fernando y Chillán.
La transacción se realizó mediante una negociación directa entre los representantes de las dos compañías, estableciéndose un precio de US$ 22,2 millones -sujeto a ajustes a la fecha de cierre-, por el 100% de las acciones de «Hormigones Independencia», sociedad que agrupa a las siete plantas y que se constituyó para materializar dicha operación.
Sin embargo, el precio es bastante inferior al rango de US$ 70 millones y US$ 90 millones que extraoficialmente se calculaba para la transacción cuando esta fue anunciada. Según trascendió, pesó sobre el precio final de la venta la obligación de BSA de desprenderse de dichas plantas, cuya capacidad estimada se calcula en 70.000 toneladas.
Por otra parte, fuentes comentan que la transacción representó un múltiplo de 1,96x el valor libro de BSA.
Acuerdo con la FNE
A través del pacto firmado entre la empresa y el ente fiscalizador, la FNE buscaba asegurar que no operaran menos de cuatro competidores relevantes en el mercado. Así, se estipulaba que el grupo Hurtado Vicuña se comprometiera a una desinversión relevante, por medio de la venta de siete de las 26 plantas de hormigón de BSA. La venta de Cementos Polpaico se informó el 25 de abril del 2016.
A inicios de octubre de ese año, la familia Hurtado Vicuña, a través de Inversiones Caburga, suscribió un acuerdo con el grupo Holcim -controlador de Polpaico- para lanzar una oferta pública de adquisición de acciones (OPA) por el 100% de Polpaico. Hurtado Vicuña ya participaba en el negocio cementero con Cementos BSA. Sin embargo, BSA era más fuerte en la producción de hormigón y la segunda en cemento. En agosto del año pasado la OPA fue declarada exitosa y grupo Hurtado Vicuña finalmente se quedó con el 57,11% de Cementos Polpaico, pero en marzo de este año, el grupo propuso que Polpaico se fusionara con su cementera, absorbiéndola.
Esta operación se da en medio de un complejo momento para las tres grandes cementeras del país. Y es que pese a una mejora en las perspectivas del mercado para la economía chilena para este año, El consumo de cemento en el país experimentó una caída cercana al 8%, mientras que en el segmento del hormigón la reducción fue de 14%. De hecho, Cementos Polpaico anotó en 2017 pérdidas por $1.042 millones, lejos de los $3.793 millones que ganó en el ejercicio anterior. Por otra parte anotó ingresos por $135.326 millones durante el año pasado, un 3,4% inferior a los $140.187 millones que registró en el mismo período de 2016. Estos menores ingresos se originan principalmente por una caída en el volumen de ventas de cemento y hormigón, explicaron en sus estados financieros.
UNACEM es la principal cementera de Perú y domina cerca 60% de la industria en ese país. Sin embargo, ya tiene presencia a través de Preansa Chile -Prefabricados Andinos S.A.- sociedad que se dedica a la fabricación y comercialización de estructuras industrializadas de concreto.
Publicado en: Diario El Pulso – 28/03/2018